Agua fresca todo el tiempo.
No rapar el pelaje jamás. Ellos no transpiran y regulan su temperatura a través del jadeo. Sin pelo quedan expuestos a los rayos UV.
Sombra a disposición siempre.
No necesitan aire acondicionado. Si nuestro peludo recibe el aire acondicionado de forma directa puede ocurrir que se le reseque su sistema respiratorio y, como consecuencia, se muestre inquieto debido a los cambios bruscos de temperatura o al frío directo.
Humedecer toallas para que se recuesten.
Jamás dejarlo en auto cerrado al sol, allí se eleva la temperatura de manera extrema.
Estimular la toma de líquido a través de helados naturales de caldo de huesos, con frutas, con carnes congeladas, yogurt natural, gelatina sin sabor congelada y con frutas.
Podemos utilizar protector solar factor superior a 30 para áreas peladas como narices, orejas y párpados, sobretodo en perros y gatos despigmentados (blancos).
No pasearlos a horarios pico de calor y menos sobre el asfalto porque se pueden quemar las almohadillas (pulpejos).
Podemos mojarlos con balde o manguera en caso de que lo disfruten. Lo que a nosotros nos puede resultar divertido, quizás a ellos los estrece. Luego debemos secar entre los dedos de sus patas y en todos los pliegues y colocar maicena para prevenir hongos.