Todos los tutores amamos sin duda a nuestro perro y/o gato, los consideramos parte de nuestra familia y queremos siempre lo mejor para ellos.
Es por eso que muchas veces nos surgen preguntas como:
- ¿Por qué se enferma tanto?
- ¿Por qué se la pasa de guardia en guardia?
- ¿El alimento que le estoy dando es de buena calidad?
- ¿Tendría que darle un alimento más caro?
- ¿Cómo sé que es lo que contiene el alimento que le doy?
- ¿Puede comer alimentos caseros?
- ¿Puedo convidarle las cosas ricas que como yo?
- ¿Puedo mezclar el alimento con comida hecha por mí?
- ¿Qué puedo darle además del pollo y arroz que me recomienda su vete cuando se enferma?
- Cuando se recupera, ¿por qué su veterinario me aconseja nuevamente el “balanceado” como único alimento?
- ¿Cuántos días puede estar sin comer?
- ¿Puedo darle verduras? ¿Cómo las tengo que preparar?
- ¿Qué tipos de frutas puede comer?
- ¿Realmente hay alimentos prohibidos?
- ¿Puede comer huesos? ¿Son peligrosos?
- ¿Cada cuánto tiempo debo bañar a mi perro?
- ¿Qué champú es el mejor?
- ¿Puedo usar jabón blanco para la ropa que tanto me recomiendan?
Si nos hemos identificado con una o más preguntas estamos en el buen camino porque lo más importante es la curiosidad para aprender cosas nuevas. Que no nos engañen y si se trata de la calidad de vida de tu peludo, con más razón.