Podríamos comenzar derribando un mito diciendo: antes del asado siempre, después del asado NUNCA.
Primero, lo primero. Tenemos que desaprender para volver a aprender. La DESINFORMACION ADMINISTRADA se encargó de que luego de cada asado le demos las costillitas o los huesitos del pollo a nuestro perro. ¡Grave error! ¿Por qué? Porque el calor del fuego los deshidrata, les quita su humedad natural y por lo tanto su elasticidad, que es necesaria para transitar por el tracto digestivo sin problemas. No le des a tu perro con huesos COCIDOS, porque son muy peligrosos. Dáselos siempre CRUDOS. Son necesarios en la dieta para una nutrición saludable.
Imagina a tu perro o gato si encuentra un pajarito, ¿se lo comería? Claro que si, salvo que lo retes. ¿Pensás que le quitaría los huesos? Claro que NO. Porque los huesos son parte integral, necesaria y natural de la dieta del perro o del gato, ya que aportan minerales (no aditivados) super importantes como calcio, fósforo, magnesio, selenio que son fundamentales para diversas funciones del organismo. También podés hervir 3 o 4 minutos, NO MÁS, un hueso carnoso (ala de pollo), ya que matas bacterias y no lo deshidrata. ¡Atención! Hervir no es cocinar en la parrilla.
Recordá, vos como tutor, sos la única persona responsable de su calidad de vida