En el casi 95% de los casos se debe a que está aburrido, cansado, harto… de “su balanceado”. Sea de la marca, precio y “calidad” que sea. La excepción suele darse cuando el alimento está repleto de “exquisitos” saborizantes artificiales, que siendo así prácticamente está condenado a patologías derivadas de ese consumo.
Alimentar a nuestro perro o gato con una monodieta de ultraprocesado, escaso de nutrientes y con solo un 8% de humedad, es por lo menos para reflexionar y en la inmensa mayoría de los casos origina un montón de enfermedades: cáncer, insuficiencia renal, problemas hepáticos, cálculos, diabetes, obesidad, problemas cardíacos, osteoarticulares, bucodentales como el sarro, epilepsia, entre otras.
Si hacemos la prueba de comer todos los días lo mismo, ¿Cuánto aguantaríamos? Ni uno, ¿verdad?
También algunas veces, puede ocurrir que no quiera comer debido a:
- Estrés que puede provocar anorexia, o también depresión u otras alteraciones de su conducta (mudanza o guardería canina).
- El calor puede influir.
- Situaciones negativas o experiencias desagradables que haya tenido con el alimento.
- O determinadas enfermedades.
Ahora imagina si nuestro perro o gato está enfermo. Que se encuentra cansado, sin ganas de salir a pasear ni de jugar por el malestar que siente en su organismo. Y le ponemos el plato de “balanceado seco”, que en muchos casos es de “prescripción para la enfermedad que tiene”, y no lo quiere comer, como es lógico. Y nosotros, con la mejor intención, se lo contamos a su veterinario y nos dice que hagamos lo posible y lo imposible para que lo coma y que si no quiere le retiremos el plato y lo dejemos sin comer hasta el día siguiente.
¿Por qué debe pasar del pollo hervido con arroz cuando está realmente mal a un ultraprocesado “medicado” en lugar de darle comida natural adecuada a la enfermedad que tiene, igual que hacemos nosotros?
Las principales razones por las que un perro enfermo no quiere comer son:
- Nutricionales.
- Sensoriales.
- Estrés.
- Enfermedades metabólicas, infecciosas, inflamatorias o neoplásicas.
- Enfermedades de tipo mecánico: como traumatismos en la cara, dentales, en el cráneo.
- Objetos obstruidos en la cavidad nasal, en el estómago o tracto digestivo.
El decaimiento o apatía en un perro o gato puede ser por muchas causas. Si dura poco tiempo (24 – 48 horas) no debes preocuparte, observalo, mirá cómo evoluciona. Pero si no ves que recupera su actividad normal pasado este tiempo, está triste, sin ganas de salir, cansado, durmiendo más horas de lo normal, llora, no quiere comer, tiene diarrea o vomita, entonces sí que debes de prestarle atención y llevarlo al veterinario, sobre todo en el caso de un cachorro, de un perro anciano o de uno que tenga alguna enfermedad.
Tengamos siempre presente que la dieta mixta o alternancia es la manera de lograr un equilibrio entre una nutrición saludable, nuestro compromiso y que sea sostenible en el tiempo.
Fuente: basada en nutricionistadeperros.com