MALTRATO ANIMAL INVOLUNTARIO

Cada vez hay más animales maltratados involuntariamente, bien sea por falta de información de sus necesidades físicas y emocionales, o por comodidad nuestra.

Compartimos seis falsas creencias que la mayoría de la gente tiene sobre lo que necesita un perro o un gato:

Le doy balanceado y agua todos los días

Aunque esté totalmente normalizado y casi todos los tutores lo hacen sin pensar, es el principal maltrato involuntario que hay. Una monodieta basada en alimento ultraprocesado y seco y agua de la canilla, en ningún caso cubre las necesidades nutricionales de ningún perro o gato.

Por más calidad o categoría Premium que la marca diga que es, sólo puede cumplir con la función de mantenimiento que dista muchísimo de la calidad de vida que necesitan y merecen.

Lamentablemente la nutrición inadecuada e insuficiente no forma parte de la lista de creencia de maltrato animal siendo un de las principales y más generalizada.

Lo desparasito cada mes sin consulta veterinaria

Aunque nos resulte extraño, los tratamientos de desparasitación sin análisis previo ni consulta veterinaria son claramente una forma de maltrato animal involuntario debido a los efectos adversos que puede provocar. Antes de desparasitar, siempre debemos hacer análisis de la materia fecal.

Lo mismo ocurre con los “repelentes” externos que les aplicamos porque nos resulta muy cómodo, pero con total desconocimiento estamos exponiendo a nuestro peludo a efectos adversos evitables.  

El perro sólo necesita espacio

Mucha gente tiene a su perro encerrado en una terraza o un jardín, pensando que el perro es feliz siempre que “pueda correr”. Pero un perro es un animal de manada.

El perro no quiere correr solo por el jardín o terraza, quiere que sus tutores jueguen con él y lo saquen a pasear, y no aislado como si formara parte del mobiliario de jardín.

La compañía de otro perro rara vez alivia lo suficiente la soledad que sienten estos animales, que suelen desarrollar síntomas de ansiedad por separación (miedo a la soledad): destrozos, lloros y ladridos, pipis y cacas por todos sitios, etc.

Así que ¡recordemos!, si no queremos compañía por favor no tengamos un perro. Quizás un gato sea más adecuado en estos casos. Cuando hablamos de animales maltratados este sería uno de los ejemplos más habituales.

Los perros de razas pequeñas no necesitan salir a la calle

La comodidad de no sacar al perro a pasear porque al ser pequeño puede hacer sus necesidades en un papel o bandeja con pasto sintético es lo que suele estar tras esta mala práctica, que provoca miedos y ansiedad en el animal cuyo mundo, encerrado en casa, cada vez se hace más pequeño y aburrido.

Si no queremos o no podemos sacar a nuestro perro a la calle un mínimo de media hora tres veces al día, sea invierno o verano, llueva o haga frío, por favor no tengamos un perro.

Mejor no acerco mi perro a otros perros, así evito conflictos

El perro es un animal de manada y necesita relacionarse con los de su misma especie. Para que esta relación no cause problemas deberemos acercar a nuestro perro a otros perros siguiendo las pautas de un profesional del comportamiento que nos enseñe cómo leer el lenguaje corporal de nuestro perro y de otros perros, cómo reaccionar en cada momento, cómo educar a nuestro perro para controlar la manera en que se relaciona y cómo protegerlo de posibles conflictos con otros perros.

Evitar que nuestro perro se relacione con otros por no saber hacer todo esto es como evitar que nuestro hijo juegue con otros niños porque no lo hemos educado. Sería otro caso de animales maltratados por sobreprotección.

En verano lo rapo, así estará más fresquito

El pelo del perro es un perfecto aislante. Su misión es mantener estable la temperatura corporal del animal, no sólo en invierno, sino también en verano, ya que protege la piel del perro del sol.

Rapar a un perro para no tener que barrer el pelo que suelta en primavera y verano equivale a que nosotros saliéramos desnudos y sin protección solar a la calle en pleno verano. A nosotros el sol sólo nos da en la cabeza mientras que al perro, al estar su cuerpo en posición horizontal, le da en casi todo cuerpo.

Además la temperatura corporal del perro es superior a la nuestra por lo que si lo rapamos y lo paseamos al sol en verano vivirá un auténtico infierno.

Lo baño dos veces por semana como mínimo

Bañar excesivamente a nuestro perro hace que su piel se defienda segregando más grasa subcutánea, con lo que cada vez olerá más “a perro”.

Cuando lo hagamos, debemos chequear con que ingredientes está elaborado el producto que se use. Lo ideal es que sea 100% natural, elaborado con extractos vegetales y libre de químicos artificiales. Lamentablemente la inmensa mayoría no cumple con este estándar de calidad. Y, por otro lado, olvidémonos del jabón blanco porque tampoco es lo que necesitan.

El cepillado diario es lo que necesitan, y el baño debe quedar reservado para cuando el perro se ha metido en agua de mar o en agua sucia, se ha revolcado en pipis o cacas, etc.

Hago bien en ponerle un cascabel a mi gato, así no lo piso

Aunque hay que reconocer que es muy cómodo para nosotros, pero el ruido de los cascabeles los estresa, los asusta y, a la larga, los deja sordos. Recordemos que el sentido del oído de un gato es mucho más elevado que el nuestro, y que además el cascabel lo lleva él, con lo cual suena muy cerca de sus tímpanos.

Seguro que cuando pensamos en animales maltratados nunca se nos ocurriría creer que todo esto lo sea.