LA PROTEÍNA EN LOS GATOS

Existen muchos mitos y realidades en torno a la proteína y si es adecuada o no en los gatos. El gato, como carnívoro estricto que es, necesita altas cantidades de proteína y si no se le suministran puede tener pérdida muscular, reducción del apetito, problemas cutáneos, cardíacos, de vista, etc.

Hasta no hace mucho tiempo, los científicos (basándose en estudios realizados en ratones) creían que una dieta alta en proteínas dañaba los riñones y que, cuando un gato llegaba a anciano, era mejor que tomara una alimentación baja en proteínas para evitar problemas renales, debido a que, con la edad, disminuye la capacidad para sintetizarlas. Estudios posteriores han demostrado que las proteínas no influyen en la aparición de insuficiencia renal.

No es tanto la cantidad como la calidad. No debemos comparar la inmensa superioridad en calidad presente en un pedazo de pescado, pollo, vaca al lado del alimento que le estemos dando. Si un gato es adulto, debemos darle su ración de carne habitual, pero en la proporción adecuada para un animal de su edad. Eso sí, la proteína que le des tiene que ser de buena calidad (vaca, pollo o pescado), para que se asimilen y metabolicen fácilmente, ya que aportan grandes cantidades de aminoácidos esenciales. También de vez en cuando, un poco de hueso, la punta del ala del pollo troceada está bien para empezar, recordemos que debe ser cruda o un poco cocida (3 a 4 minutos). Pero primero debemos conocer bien el tema huesos y como incorporarlos.

Para prevenir, si nuestro gato tiene más de 6 o 7 años, es bueno que le hagamos un análisis anual, para comprobar el estado de sus riñones. En caso de que tenga los niveles de urea y creatinina elevados, sería recomendable elaborar una dieta natural o mixta adecuada.

Es cierto que en los gatos ancianos la IRC (insuficiencia renal crónica) es una de las causas más comunes de muerte, pero no se debe a que tomen proteína natural de calidad, sino a que la mayoría de ellos han sido alimentados toda su vida con alimentos ULTRAPROCESADOS SECOS que son altos en fósforo (el fósforo, en exceso, sobre todo para un enfermo renal, es letal para el riñón) y la proteína que contienen es de baja calidad. Además, debido al proceso de fabricación al que son sometidos, tienen escasos nutrientes y son bañados con vitaminas, entre ellas la D que, en exceso, es tóxica para los riñones.

Si nuestro gato tiene sed constantemente, está apático, vomita y ha perdido peso, puede ser que tenga un problema renal y la solución es medicación y una dieta adecuada, para que no pierda la función renal que aún le quede. En los gatos es muy común que, con los años, desarrollen daño renal, que principalmente se debe a ese tipo de alimento.