En la naturaleza, los caninos consumen frutas. El consumo de un poco de fruta es biológicamente adecuado para ellos. Aunque los gatos salvajes normalmente no comen frutas, hay algunos que las disfrutan. Las frutas son fuente de fibra, vitaminas y minerales, antioxidantes, fitoquímicos y enzimas digestivas. Las fibras de las frutas ralentizan la absorción de fructosa (azúcar natural de la fruta), aumentan la sensación de saciedad, regulan el tránsito intestinal, son fermentadas por bacterias en el intestino, generando alimento para ellas mismas y las células intestinales y ayudando a controlar las tasas de triglicéridos y colesterol.
Los antioxidantes y fitoquímicos reducen el riesgo de cáncer, el envejecimiento, fortalecen la inmunidad y protegen los órganos susceptibles al daño causado por la oxidación como los ojos y el cerebro, eliminando el riesgo de cataratas y deterioro cognitivo. Las enzimas digestivas, presentes solo en los alimentos frescos (crudos), fortalecen la digestión y tienen un efecto antiinflamatorio.
Si bien se dice que hay frutas prohibidas como las uvas, todo depende de la cantidad, aunque no es para nada necesario ofrecerlas. Por eso es importante probar siempre la tolerancia de la mascota ofreciéndole solo un poquito de una fruta que nunca ha comido. Por otro lado, los perros y gatos sanos pueden comer frutas cítricas, así es, pero no exageres la cantidad y usá el sentido común. Hay muy pocos alimentos naturales que puedan dañar seriamente a una mascota si se ofrecen en pequeñas cantidades y ocasionalmente.
Ofrecer frutas es completamente opcional. Si a tu perro o gato no le gusta ninguna fruta, pero come diferentes verduras (verduras, legumbres, verduras) sin problemas, no hay por qué preocuparse.
Importante! Quitá los carozos como el del durazno, la palta, la ciruela, el mango ya que el riesgo de causar una obstrucción gastrointestinal es real. También retirá las semillas de la manzana y la pera, que concentran pequeñas cantidades de ácido cianhídrico, que encuentra el pH ácido del estómago y se convierte en una toxina, cianuro.
Ofrecer jugo de frutas no es una buena idea. Las frutas no deben beberse, sino consumirse junto con sus fibras, que evitan la liberación muy rápida e intensa de glucosa (azúcar) a la sangre. El perro o gato que ingiere jugo de frutas, incluso en el caso de jugo casero 100% natural sin azúcar agregada, tiene muchas más probabilidades de desarrollar hiperglucemia e hígado graso (grasa alrededor del hígado). Por las mismas razones, evita las frutas cocidas, compotas y mermeladas.
Y por último, nunca mezcles en el plato de tu peludo compañero la fruta con el alimento balanceado, ya que ésta quedará “secuestrada” por la diferente digestión ocasionando potencialmente fermentaciones inadecuadas en su estómago, que producirán gases y aumentarán el riesgo de padecer una torsión de estómago.
Una tenencia responsable requiere que te informes! Tu peludo compañero se lo merece!