Mucha gente asume que, dado que los perros evolucionaron a partir de sus ancestros lobos, podemos y debemos establecer fácilmente paralelismos entre ambos, y utilizar lo que vemos en el comportamiento de los lobos para ayudarnos a entender a nuestros perros domesticados.
Mala idea. Aunque los perros y los lobos son genéticamente similares, están separados por al menos quince mil años de domesticación que los ha cambiado en muchos aspectos importantes.
El perro doméstico actual es aproximadamente tan parecido genéticamente al lobo como los humanos a los chimpancés.
Cuando se considera el abismo evolutivo y de comportamiento entre los chimpancés y nosotros, queda claro que, aunque los lobos y los perros comparten ciertos rasgos fisiológicos y de comportamiento, son mucho más diferentes entre sí de lo que los teóricos tradicionales de la manada quieren hacer creer.
Los perros no son lobos socializados. La domesticación no sólo los ha diferenciado fisiológicamente, sino que también ha influido mucho en su desarrollo emocional.
La diferencia en las etapas de desarrollo entre los lobos y los perros en los primeros años de vida es lo suficientemente aguda como para afectar a su capacidad de establecer relaciones sociales a lo largo de su vida.
Aunque los perros generalizan sus relaciones sociales con los humanos y se adaptan bien a las situaciones cambiantes, los lobos son muy específicos en cuanto a sus vínculos sociales y no se adaptan bien a la novedad, incluso cuando se crían en cautividad con humanos o cerca de ellos.
Así que, si el modelo del lobo en cautividad nos ha llevado por el camino equivocado, ¿qué modelo deberíamos utilizar para ayudarnos a entender la dinámica de una manada de perros moderna?
La observación de los perros asilvestrados nos da una imagen mucho más precisa de la estructura social del perro doméstico que las manadas de lobos salvajes o en cautividad.
Es más probable que los perros domésticos modernos desciendan de perros asilvestrados solitarios que hurgan en la basura humana para alimentarse que de una verdadera manada familiar.
Los carroñeros no necesitan un equipo para rastrear y abatir presas; suelen tener más éxito cuando actúan por su cuenta en lugar de depender de otros miembros de su grupo para encontrar comida.
Miles de años de separación del lobo también han alterado el comportamiento social de los perros asilvestrados, ya que no permanecen en manadas familiares fijas.
Aunque los únicos lobos que se aparean en una manada son la pareja reproductora, en la población de perros asilvestrados el apareamiento no está restringido; puede producirse entre perros de un grupo familiar o entre perros de grupos diferentes.
Aunque su aspecto similar y su proximidad genética hacen que nos sintamos tentados a asumir que los perros y los lobos se comportan de la misma manera, son lo suficientemente diferentes como para justificar dos estudios distintos y separados sobre sus tendencias de comportamiento.
Cuando no comprendemos estas diferencias y aplicamos erróneamente los conocimientos sobre el comportamiento de uno y otro, se pueden producir graves equivocaciones.
De hecho, la distinción más importante que podemos establecer entre los perros y los lobos es que, aparte del hecho de que ambos son animales cuyo instinto natural primario es estar a salvo y sobrevivir, los perros y los lobos aprenden de formas muy diferentes y dan una importancia contrastada al valor de la interacción con otras especies.
Algunas diferencias físicas entre el perro y el lobo (obviando las manipulaciones genéticas de cada raza):
- El perro tiene el cerebro más pequeño que el lobo.
- Tienen la mandíbula más pequeña, comparada con la del lobo.
- Los dientes más pequeños.
- Los perros tienen caras más redondas y ojos más grandes que los lobos.
- Las cabezas de los lobos son mucho más grandes en comparación con el tamaño de su cuerpo que las de los perros.
- Los lobos están hechos para correr, por lo que tienen el pecho estrecho y las piernas largas, mientras que el perro doméstico tiende a ser más ancho y fornido.
- Los lobos tienen los ojos amarillos, mientras que los perros suelen tener los ojos marrones o azules.
Las diferencias mentales entre el perro y el lobo:
- Los perros han sido domesticados por el ser humano, lo que significa que viven y dependen de nosotros.
- Los perros mantienen muchos rasgos de cachorro a lo largo de su vida que los humanos han seleccionado inadvertida e intencionadamente, como las orejas caídas, las narices más cortas y el carácter bonachón.
- Los perros son menos temerosos y más juguetones que sus primos los lobos.
- Los perros tienden a ser menos maduros mentalmente que un lobo de edad similar.
- Un lobo aúlla mientras que los perros tienden a ladrar.
- Los lobos tienden a ser tímidos, a diferencia de sus congéneres bulliciosos.
- Las hembras de lobo tienen un solo ciclo al año, mientras que las hembras intactas tienen dos.
- Los perros observan y responden a las expresiones faciales y al lenguaje corporal de los humanos.
- Los lobos forman unidades familiares más fuertes dentro de su manada, mientras que los perros tienden a formar una relación más fuerte con las personas.
- Los perros alcanzan la madurez a los 6-8 meses de edad, mientras que los lobos no maduran hasta los 2-3 años.
- Los perros tienen una mayor capacidad para digerir una gran variedad de alimentos, incluidos los cereales.
¿Cuál es la diferencia genética entre un lobo y un perro?
Los lobos y los perros comparten el 99,9% de su ADN. Técnicamente siguen siendo la misma especie, y además pueden tener una descendencia sana. Pero dicho esto, no se puede negar la diferencia física entre los lobos y las razas de perros como los chihuahuas y los perros salchicha.
Los perros de tamaño similar al del lobo comparten una esperanza de vida similar (12-14 años en cautividad). Ambos muestran un lenguaje corporal similar en ocasiones y comparten un olfato impecable. Ambas especies también se desarrollan en un entorno de manada y muestran un impulso de presa.
Sin embargo, cuando se empieza a indagar de verdad, no hay duda: los perros y los lobos pueden ser más diferentes que iguales.
Dicho esto, sobre su alimentación, el debate sobre si los perros son omnívoros o carnívoros no estrictos o facultativos (a diferencia de los gatos, que sí son estrictos) sigue estando vigente. En el mundo de la alimentación del perro las opiniones son variadas al respecto, y es fácil encontrar pruebas que apoyen una u otra postura. Lo que si ceda claro es que no por ello deben alimentarse a base de ultraprocesado como única fuente de alimento ya que en su inmensa mayoría no cubren los requerimientos que necesitan nuestros peludos para la calidad vida que necesitan y merecen.