La práctica del ayuno intermitente para perros implica servir el alimento con una regularidad estratégica que confiere beneficios para la salud y tiene sentido biológico. En la naturaleza, los caninos pasan horas y días sin comer entre una comida y la siguiente. La no digestión regular estimula la descomposición de grasas y la liberación de toxinas. Optimiza la reparación de tejidos, activa el sistema inmunológico, favorece la función mitocondrial y reduce la concentración de insulina en sangre, lo que puede ayudar a modular los procesos inflamatorios y disminuir la resistencia a la insulina.
Podés elegir un día a la semana para restringir el alimento a tu peludo compañero o también podés servirle una sola comida de caldo de huesos casero, que nutre y apaga, pero no rompe el ayuno.
También podés servirle a su perro una sola comida al día todos los días, en lugar de 2 o 3. Con esto, el perro recibe alimento todos los días, pero en ayunas durante 23 hs. Y se practica el ayuno en las ventanas de 6 a 18hs o de 8 a 14 hs. En este caso, el perro recibe 2 comidas al día en una ventana de 6 a 8 a.m. y no recibe otra comida hasta las 10 a.m. del día siguiente.
¡Atención! El ayuno es sólo alimento! ¡El agua dulce siempre, siempre, siempre debe estar a gusto!
Muy importante! Los cachorros, los perros muy ancianos, los enfermos crónicos, los perros que presentan regularmente vómitos biliosos e hipoglucemia NO deben hacer ayuno intermitente. Los gatos con sobrepeso u obesidad, o con antecedentes de problemas con el páncreas o el hígado, tampoco deben hacerlo!
Está claro que si la práctica del ayuno intermitente suena extraño o incómodo, no es necesario que lo sigas. Pero para aquellos que ya disfrutan de estilo de vida saludable es una herramienta sencilla con un gran potencial de beneficios para su salud.