SEÑALES DE CALMA DE TU PERRO

Seguramente más de una vez has deseado que tu perro hable, ya sea porque notas que le duele algo o no está bien, porqué es un perro reactivo y querés saber si es que tiene miedo, si no conseguís que se relaje y deseas preguntarle si podés hacer algo para que se tranquilice, o simplemente para tener una conversación con tu mejor amigo.

¿Sabías que existe una manera de saber que pasa por esa cabecita peluda? ¿de entender su idioma sin que digan una sola palabra “humana”? Nuestros peludos también tienen un lenguaje, un modo de comunicarse que, aunque no es verbal, es muy rico en expresiones, gestos y conductas que si las observamos y aprendemos a identificar, son capaces de revelarnos cosas como su estado de ánimo, su predisposición al juego, su miedo, su dolor e incluso su amor.

¿Qué son las señales de calma?

Las conocidas como señales de calma son precisamente parte de ese idioma no verbal con el que podremos descifrar el lenguaje de nuestros perros. Se dice que un perro es capaz de demostrar casi 30 señales de calma distintas: bostezar, girar la cabeza, sentarse de espaldas, rascar, lamer, tirarse al suelo panza arriba… una larga lista. Estas señales son su lenguaje, su forma de comunicarse con otros perros y con los humanos.

Principales señales de calma.

Debemos saber que nuestros amigos tienen un lenguaje muy rico en gestos, cómo he comentado antes son casi 30 señales de calma. Por lo que es interesante conocer al menos las más habituales y a medida que nos vamos familiarizando con ellas, que observamos y desciframos a nuestro peludo ir ampliando las palabras. Primero debemos observar y aprender las principales señales de calma para luego comprenderlas dentro de una conversación perro a perro o perro a humano. Para eso las dividiremos en 3 apartados, las que sugieren amistad, vínculo, cariño, las que denotan incomodidad, tensión, reactividad y por ultimo aquellas del día a día en casa.

Señales amistosas o de cariño.

Las señales de calma que demuestran amistad, vínculo, juego, felicidad, cariño… son aquellas en las que veremos a nuestro perro con movimientos alegres, rápidos e inquietos, incluso saltitos y golpes con el hocico y patas. Son señales fáciles de detectar en un entorno de juego como el parque, durante el paseo, en compañía de niños (en aquellos perros sociables y juguetones con niños). Al cruzase con un perro amigo y con el que hay buena relación, en el hogar.

Señales sociales frente a otro perro, humano u otro animal.

Son aquellas que reflejan el estado de ánimo de nuestro perro en el momento en el que ha de interactuar o relacionarse con otro individuo ya sea perro, gato, humano u otro tipo de especie. En este caso nuestro amigo podrá hablar un idioma reactivo, de incomodidad o totalmente feliz, en nuestra mano está el saber interpretar a través de sus gestos y movimientos en cual de los tres contextos se está expresando.

Los distintos estados por los que nuestro perro podría pasar durante el encuentro con ese otro perro o humano son diversos y por lo tanto también son diversas las señales. Conocerlas, leerlas y saber interpretarlas es de gran ayuda en las relaciones sociales tanto para nuestro amigo como para nosotros mismos. Saber anticiparnos a lo que puede venir según el lenguaje que está mostrando un peludo enriquecerá las relaciones sociales, corregirá reactividades, cambiará muchísimo el paseo (tirones de correa, ladridos, ansiedad) y lo mejor de todo, nos ayudará a saber cuáles son las relaciones sociales que en las que nuestro amigo se siente cómodo y feliz.

Señales del día a día.

Estas últimas son un pequeño ejemplo de algunas de las señales cotidianas, aquellas que se dan en casa o en un entorno tranquilo y seguro en el que nuestro peludo se siente cómodo y relajado. Saludarnos al llegar a casa o al cruzarnos, cuando busca caricias y mimos, pedirnos comida, son las señales más habituales que podremos observar. Es en el hogar dónde más relajados se sienten y dónde es más fácil interactuar con ellos.